En la casa de Susi, de tres habitaciones, en el barrio de La Salud, de Tenerife, viven ocho personas. Ella y su marido, Cristóbal, el abuelo y sus cinco hijos. Hacía muchos meses que, tanto ella como su marido, estaban en paro. Y el arreglo de las paredes, aunque en pésimo estado, llevaba mucho tiempo sin ser una prioridad. “En esta casa estamos de prestado, pero es muy vieja. Cuando nos la dieron, tenía un papel de pared desconchado. Yo misma lo arranqué –recuerda- y un amigo intentó pintar encima, pero quedaban restos de cola y la pintura se escurría. Así que la pared estaba llena de desconchones desde hacía años. Entre el moho, las humedades, la pintura vieja y el papel mal arrancado, estaba imposible, y yo no tenía ningún lugar de la casa donde sentarme a respirar”, cuenta Susi.
Dado el estado de la casa, los voluntarios de Painting for Others tuvieron que aplicar una capa extraordinaria de sellante para conseguir que la pintura se fijara a la pared, además de la intervención con mortero en algunos boquetes donde esta había cedido con los años, y ya asomaban los ladrillos.
Susi cuenta que el arreglo ha sido “una bendición” y que ver el blanco de las paredes les ha dado mucha alegría: “Ahora puedo traer visitas a casa, porque antes me daba vergüenza que vieran cómo tenía las paredes”, reconoce agradecida.
La segunda casa que, de momento, hemos rehabilitado este año en Tenerife está en Icod el Alto, un pueblo en el norte, a 40 minutos en coche de Santa Cruz, y muchos metros de altitud. En ella vive sola una mujer con discapacidad intelectual, de unos 50-60 años. Se trata de una vivienda tutelada por la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano, que está colaborando con nosotros para la realización de esta campaña.
Muchas gracias en su nombre -y en el de todas las familias que se benefician de esta campaña- a Up Spain, que hace posible que este proyecto, que dignifica la vida de tantas familias, salga adelante en Canarias.