
Nos hace mucha ilusión compartir que nuestro proyecto de apoyo escolar de Tetuán, en Madrid, dentro del programa Volando Juntos, ha sido protagonista en La Razón.
Cada tarde, y gracias al apoyo de Boeing, decenas de niños y niñas encuentran un espacio seguro donde reforzar sus estudios, descubrir nuevas habilidades y disfrutar de talleres creativos y STEAM. Este acompañamiento no solo refuerza su rendimiento académico, sino que también fomenta la autoestima, la curiosidad y la motivación para aprender.
«Con los de primaria hacemos una hora de deberes y repaso de contenidos. Hay muchos casos de TDA, TDAH, dislexia… y también niños que simplemente no pueden permitirse un profesor particular. Aquí intentamos atender a cada uno según lo que necesita», explicaba a La Razón Teresa de la Infiesta, coordinadora del apoyo socioeducativo en Tetuán desde septiembre. Estudió Educación Primaria, pero asegura que esta realidad le está enseñando más que cualquier libro. «Hay diversidad de necesidades, pero también de edades. Es un reto atender a todos a la vez. La ayuda de los voluntarios es fundamental. Se crean vínculos muy bonitos».
A su vez, en el artículo cuentan cómo uno de esos niños que ha encontrado allí un espacio seguro es Marco, de siete años. Su madre, Débora García, habla con gratitud y un punto de desahogo cuando recuerda cómo llegaron a este programa. «Mi hija mayor venía a clases de pintura a este centro. Un día comenté que mi hijo tenía una discapacidad y muchas dificultades en el cole. Me hablaron del programa. Vinimos a probar… y fue una salvación», cuenta a LA RAZÓN. «Marco acaba de empezar segundo de primaria sin saber leer ni escribir. En casa yo no puedo ayudarle porque teletrabajo a tiempo completo. Aquí adaptan todo a su ritmo, saben su problemática, sus necesidades diarias. Desde que viene, ha evolucionado muchísimo». Y recuerda las tardes previas al programa como un laberinto de frustración. «Llegaba del cole agotado, se encontraba con tareas que no podía hacer y yo tenía que trabajar. Aquí trabaja, se relaciona, juega. Vuelve contento. Es otro niño».
El artículo de La Razón destaca la importancia de programas como Volando Juntos para reducir la brecha educativa y ofrecer oportunidades reales a menores en situación de vulnerabilidad. Además, subraya cómo el apoyo de voluntarios jóvenes permite crear vínculos afectivos que hacen que cada tarde sea una experiencia de crecimiento y aprendizaje.
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