Los contrastes de Bombay son una realidad que impacta a cualquiera que visite la ciudad india. Dos realidades completamente antagónicas que desdibujan complemetamente a aquel que las presencia. Riqueza y pobreza extrema conviven en una zona que parece no encontrar un equilibrio estable en el que se ampare a los más desfavorecidos.

Mientras que en los barrios de gran poder adquisitivo se atesoran y coleccionan bienes de lujo bajo el techo de exhuberantes viviendas, al otro extremo de la ciudad, son miseria y precariedad lo que abunda, por calificarlo con términos suaves, pero que no se alejan de la realidad que allí se vive.

En Cooperación Internacional tuvimos la gran suerte de acompañar al corresponsal en Asia de El Mundo, Lucas de la Cal, quien se encontraba en el país índico realizando un reportaje sobre la gran diferencia existente entre la población de Bombay, una de las principales ciudades financieras del mundo.

Álvaro Villalón, responsable del Programa de Liderazgo Social en la India, enseñó a De la Cal durante su periplo por la ciudad, el funcionamiento de esta inciativa, el lugar en el que se realiza y los beneficiarios a los que se ayuda.

Contrastes de Bombay

En Govandi, área en la que se desarrolla el proyecto, se encuentra la realidad más dura del país. Familias numerosas viven apiladas en casas de dimensiones ridículas en condiciones de higiene y limpieza totalmente insalubres. Además, están muy extendidas la lepra y la tuberculosis.

Por si fuera poco, a escasos metros de las viviendas, se encuentra uno de los mayores vertederos de la ciudad, el cual desprende un hedor insoportable con el que tienen que convivir todos los residentes. Muchos se dedican a buscar entre las toneladas de basura alamcenadas en el lugar, sorteando a los militares que custodian la zona.

«Muchos niños del barrio, después de salir de la escuela, trabajan como sus padres recogiendo basura o se tiran todo el día en la calle con los peligros que eso conlleva (drogas y delincuencia) en un sitio como este. Queríamos que estuvieran ocupados y por ello organizamos entrenamientos de fútbol y después van a una escuela que hemos construido donde les damos clases de inglés», explicó Villalón al reportero.

Una alternativa para la infancia

El PLS busca ofrecer una alternativa a los menores, alejándoles de la influencia de la delincuencia y la droga, incentivando el desarrollo personal a través del deporte.

«Queríamos armar un programa diverso con distintas actividades como la academia de fútbol y la escuela para integrar a los niños. Ofrecemos herramientas para que estos críos luchen por tener éxito académico y vital, que sean capaces de liderar sus propias vidas y ayuden a cambiar su comunidad con servicios a su barrio», apostilló Perico Herraiz, responsable del área territorial de Aragón, en una llamada telefónica con De la Cal.