A través del desayuno, el café, o la merienda que les ofrecemos, compartimos mucho más que una comida. Ese momento de compañía y conversación, es una forma de acercarse a las personas sin hogar, que rompe la barrera invisible de su soledad.
Además de una casa, lo que necesitan las personas sin hogar es compañía y conversación. Trabajamos para que los jóvenes sean conscientes de esta necesidad y que ellos puedan ayudar.
Grupos de jóvenes preparan termos, bollos y galletas, y sea acercan a personas en situación vulnerable. Durante ese rato es importante ponerse en el lugar de esta realidad, que en la mayoría de las ocasiones se siente tan lejana.
Pero también queremos que se conozca esta parte de la sociedad en las aulas de los centros educativos. Por eso, damos a conocer esta realidad a través de exposiciones como «Quita el mute». En ella, personas sin hogar cuentan la duro que es vivir en la calle y sus circunstancias. Podéis escuchas estas historias reales aquí.
Gracias a esta formación y las actividades de voluntariado como Desayunos Solidarios, conseguimos que los jóvenes sean conscientes de una situación que pueden ver todos los días, pero muchas veces pasa desapercibida.