Además de una casa, lo que necesitan las personas sin hogar es compañía, conversación, cariño. Grupos de jóvenes preparan termos, bollos y galletas y recorren las calles de Madrid para salir al encuentro de las personas en situación de vulnerabilidad.
Los voluntarios recorren diferentes calles, sobre todo de la zona centro, como Gran Vía, Sol, Plaza de España… Y, a través de la compañía que ofrecen a las personas sin hogar, comparten más que una comida. Les ofrecen conversación y cercanía. Durante ese rato es importante acercar realidades que en la mayoría de las ocasiones parecen opuestas.
Gracias a “Desayunos solidarios” los jóvenes son capaces de hacerse cargo de lo que supone estar en la calle. Con este programa se sensibilizan y son conscientes de la situación de las personas que sufren el azote de la exclusión social.
https://youtu.be/a19yY2tX3rk