17/05/2021

Vida y casa nueva para Pablo, tras un año de trabajo de jóvenes voluntarios

La casa de Pablo no tenía agua caliente, las paredes estaban al descubierto, y las montañas de enseres viejos e inservibles llenaban todos los rincones de la casa. Hace un año que Cooperación Internacional Canarias comenzó un trabajo de restauración profunda de toda la casa, que ha incluido la reforma completa de cocina y baño, agua corriente, electricidad, techos, limpieza, pintura… una rehabilitación integral, que ha supuesto para Pablo, todo un cambio de vida.

Conocimos a Pablo como uno de los beneficiarios del proyecto Painting for Others, que desarrollamos en Canarias gracias al apoyo de UpSpain. Servicios Sociales nos puso en contacto con él: una persona mayor, de más de 70 años que recibe una pensión de 300 euros al mes y cuenta para comer con la ayuda del banco de alimentos. Cuando comprobamos cómo estaba la casa, en el barrio tinerfeño de San Andrés, vimos que necesitaba mucho más que una mano de pintura. No tenía agua caliente, Pablo se bañaba en un barreño, que llenaba con cazos que calentaba en la cocina. Cocina y baño necesitaban una limpieza y reforma profunda, el piso de arriba tenía goteras y una piqueta sostenía el techo. En servicios sociales nos dijeron que no podían ayudarle a limpiar, porque corría riesgo de derrumbarse.

Decenas de voluntarios se pusieron manos a la obra. Unos 30 jóvenes  han acudido a la casa a lo largo de un año para limpiar, pintar… y sacar más de 3.000 kgs de escombros. …  Uno de ellos es Javier Laíño. Tiene 18 años, es

tudia Fisioterapia, y lleva varios años como voluntario en los proyectos de Cooperación Internacional en Canarias. Pero dice que, como este, no ha habido ninguno: “Ha sido un proyectazo. Era más que ir, limpiar, pintar…era también acompañar a Pablo, sacarle una sonrisa. Y él estaba asombrado de la cantidad de gente que iba a su casa a ayudar. Ha sido brutal ver cómo encontramos la casa, que estaba que se caía, y cómo se ha quedado. Y es una gozada ver tantos voluntarios trabajando juntos, dando su tiempo, para hacer algo que cambia la vida de una persona”.

Lo primero fue el arreglo del baño: pusimos tuberías nuevas, un termo, quitamos la bañera, taza y lavabo y pusimos un plato de ducha nuevo. Después cambiamos todo el sistema eléctrico de la casa, que estaba totalmente deteriorado. Gracias a la ayuda de colaboradores privados, reunimos fondos para arreglar la cocina, con un extractor de humos nuevo, un fregadero que regaló una voluntaria… Y después, los techos, con el soporte de 9 vigas nuevas, quitar las goteras, reconstruir y embaldosar una escalera, que estaba en estado ruinoso. Por último, llegó la mano de pintura y los últimos cambios, como el de la cama. Un voluntario de 14 años hizo una colecta entre sus amigos y consiguió dinero para comprar un somier y su madre donó varios juegos de sábanas, colcha y almohada.

Aspecto del baño antes de la reforma

El baño, después de la reforma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras un año de trato con Pablo, los voluntarios han entablado con él una relación de amistad. Y es que, para él ha sido un gran cambio, con el que está realmente contento y agradecido, después de un año en el que ha disfrutado del apoyo y compañía de las más de 50 personas, entre obreros, voluntarios… que han estado trabajando para dignificar sus condiciones de vida. Un trabajo que ha sido posible gracias al apoyo del Banco de Alimentos, a través de la asociación Abrigos y Sonrisas, Up Spain, numerosas donaciones privadas y el trabajo de algunos profesionales y decenas de voluntarios que se comprometieron a terminar este trabajo que ha cambiado una vida.