Cooperación Internacional cuenta con una nave en el Polígono sevillano de La Negrilla, próximo a los barrios de Amate y Torreblanca. Desde allí, en colaboración con los servicios sociales y otras entidades, ayuda a familias de la zona en riesgo de exclusión social.
Desde los primeros días del estado de alarma estuvimos buscando modos de seguir ayudando a las familias en el contexto de las restricciones a la movilidad aprobadas por el gobierno. A muchas de estas familias las estamos ayudando gracias a un nuevo canal de ayuda puesto en marcha con la ayuda de Up Spain y con la colaboración de otras empresas: Interxion, EY, BNP Paribas, Intelect Search y Biomerieux. Gracias a este canal, muchas familias pueden acudir directamente a supermercados u otras tiendas de alimentación para la compra de alimentos.
Además, gracias a la colaboración de jóvenes voluntarios y siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias, hemos puesto en marcha de nuevo toda la actividad en la nave de La Negrilla, en Sevilla. Cada mañana un grupo de 10 voluntarios universitarios, acude a trabajar en la organización y reparto de alimentos a familias que están sufriendo la crisis del Covid en situación límite. Los estudiantes sacan tiempo, de su estudio y de sus clases on line para poder atender cada semana a unas 150 familias, a las que repartimos tres toneladas y media de alimentos: 2,5 toneladas de frutas y verduras frescas y 1 tonelada de productos no perecederos.
Jaime, estudiante de cuarto de Derecho y ADE, acude a la nave cuatro días a la semana. Es la primera vez que hace voluntariado y está muy contento por poder hacer algo por los demás, en estas circunstancias tan duras: «Hasta que no te involucras, no te puedes hacer una idea de lo que te cambia. Ves por televisión que sí, que hay gente necesitada, pero muchas veces no haces caso, y piensas: sí, hay gente así en todos lados. Pero cuando te pones delante de ellos y te dicen que, por favor, le des tres manzanas más que las necesitan, te pones en contacto con la realidad». Le impresiona además el enorme agradecimiento de todas las familias que acuden a la nave. Con él trabaja Joseph, licenciado en Derecho, 23 años, procedente de Inglaterra. Le llama la atención una mujer que, a pesar de sus graves dificultades, llega siempre con una sonrisa, habla con todo el mundo, e incluso se ofrece a ayudar. Asegura que para él «el impacto más grande es trabajar con gente que está en situaciones desesperadas. Y es muy gratificante poder estar ahí para ayudarles».
Entre las empresas que están colaborando con la campaña, Miproma, la que se encarga de la desinfección del local, que lleva 6 años colaborando con nosotros, ha hecho una reciente generosa donación de arroz, leche y azúcar, para poder llegar a más familias.
¡Gracias a todos los que lo hacéis posible!